Las estufas de secado o también llamados hornos de secado son equipos de laboratorio que se utiliza para secar y esterilizar diferentes recipientes de vidrio o metal. Existen básicamente dos tipos de estufas: las que operan mediante convección natural y las que operan mediante convección forzada.
Para el modo de uso o de empleo de una estufa de secado será necesario poner los recipientes en el interior de la estufa. En ella se genera calor seco a una temperatura de 180°C durante unas dos horas, lo que permite realizar la esterilización de todo el material dispuesto en la cavidad de secado.
Ya sea para someter chips de ordenadores a procesos de envejecimiento o para ejecutar series complejas de experimentos con cargas muy sensibles, ensayos de materiales, someter componentes electrónicos a un proceso de secado o regular su temperatura, endurecer resinas sintéticas o calentar plastilina, la estufa de calentamiento/estufa de secado lleva a cabo un proceso de regulación de la temperatura con unos niveles de precisión, uniformidad y delicadeza incomparables.