Un cambio necesario para reducir la huella ambiental
Los laboratorios científicos son algunos de los espacios con mayor consumo energético. Operan las 24 horas del día y utilizan hasta diez veces más energía por metro cuadrado que una oficina. Parte de esta demanda proviene de los equipos de refrigeración, como las cámaras climáticas y los incubadores, que garantizan condiciones de temperatura estables para la investigación.
Sin embargo, estos sistemas suelen utilizar gases refrigerantes con un alto potencial de calentamiento global (GWP), lo que los convierte en una fuente importante de emisiones indirectas. La Unión Europea ha establecido regulaciones más estrictas para reducir el uso de estos gases fluorados (F-gases), con el objetivo de eliminar progresivamente los refrigerantes sintéticos y promover alternativas más sostenibles.
A partir de 2026, todos los F-gases estarán prohibidos en la UE, lo que representa una oportunidad para innovar en favor del planeta.
Los refrigerantes naturales: una alternativa sostenible y eficiente
Entre las soluciones más efectivas se encuentran los refrigerantes naturales, como el propano (R290). Este gas tiene un GWP de solo 3 —más de 1.400 veces menor que los refrigerantes convencionales como el R134a—, lo que reduce drásticamente el impacto ambiental de los equipos de refrigeración.
La empresa Memmert, líder en el diseño de cámaras climáticas y equipos de control de temperatura, ha asumido este reto desarrollando sistemas que utilizan R290. Esta innovación no solo disminuye las emisiones, sino que también reduce hasta en un 20% el consumo energético de cada cámara, dependiendo de su uso.
Daniel Wettki, jefe del departamento de refrigeración de Memmert, explica:
“El propano es más eficiente por naturaleza. Es como pasar de un motor de 2 litros a uno de 1,5 litros, con el mismo rendimiento pero menor consumo”.
Además, este cambio no altera los procesos del usuario: las cámaras ofrecen el mismo desempeño y estabilidad térmica, pero con menor impacto ambiental y menores costos operativos.
Seguridad, compatibilidad y rendimiento
Aunque el propano fue en el pasado cuestionado por su inflamabilidad, los avances tecnológicos han reducido significativamente los riesgos. Las cámaras climáticas modernas utilizan cantidades pequeñas y están diseñadas bajo estrictos estándares de seguridad.
El R290 es, además, un refrigerante económico, ampliamente disponible y compatible con los materiales utilizados en los sistemas de refrigeración. Su rápida degradación natural en la atmósfera evita la contaminación por flúor, contribuyendo a un ciclo de vida más limpio.
Un paso hacia los laboratorios verdes
La sostenibilidad es hoy un compromiso global. Iniciativas como My Green Lab, el marco LEAF (Laboratory Efficiency Assessment Framework) y la norma ISO 14001 ayudan a los laboratorios a mejorar su gestión ambiental. En este contexto, adoptar tecnologías como las cámaras con R290 no es solo una medida ecológica, sino una estrategia alineada con los objetivos de ESG (Environmental, Social and Governance).
Como afirma Philipp Pabst, jefe de gestión de producto en Memmert:
“Las decisiones de compra en los laboratorios deben responder tanto a las necesidades científicas como a los mandatos de sostenibilidad. Hoy, invertir en equipos eficientes no es una opción ética, sino una necesidad estratégica”.
Memmert ha integrado la sostenibilidad en su ADN corporativo. La empresa fue pionera en incorporar tecnología Peltier —libre de refrigerantes— en cámaras climáticas, y somete periódicamente sus procesos a auditorías externas de energía y sostenibilidad. Además, forma parte de My Green Lab y está certificando sus productos con el sello ACT (Accountability, Consistency, and Transparency).

Innovación con propósito
El cambio hacia refrigerantes naturales es una acción concreta que permite a los laboratorios reducir sus emisiones (Scope 2), optimizar costos y cumplir con las regulaciones más exigentes en materia ambiental.
El uso del R290 representa una solución eficiente, segura y de largo plazo, garantizando un suministro estable y un rendimiento confiable incluso bajo condiciones extremas.
Adoptar esta tecnología no es simplemente cumplir una norma: es apostar por el futuro de la ciencia y del planeta.

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